Si te has planteado seriamente comprar Google Glass, debes preparar tu mente y tu espíritu para soportar preguntas, cada día, sobre nuestro gadget preferido. Preguntarán, en primer lugar, si son unas Glass, o si no lo son, preguntarán por tus motivos para llevarlas y usarlas o te contarán como ya han visto un par de personas antes que las llevaban.
Casi en la totalidad de los casos, las interacciones resultarán positivas y, tanto tú, como la persona que te pregunte, seguiréis vuestro camino con una sonrisa en la cara. La curiosidad, intrínseca a la idiosincrasia del ser humano, se manifestará en modo de preguntas sencillas, funcionamiento, coste, como se ve, beneficios que aportan…
Tengamos en cuenta que por cada persona que tiene el valor para preguntarnos por nuestras Glass, hay al menos 20 que no lo harán, pero que si mirarán y se fijarán. Quizás no se giren todos a mirarte, pero podemos estar seguros de que, al menos durante los primeros pasos de esta tecnología en la calle, si serán muchos los que se giren y comenten. Tras unas semanas de pasear por las calles de tu ciudad con las gafas puestas, el asombro y las preguntas iniciales, se transformaran en algo inherente a tu persona y pasaras a ser «el tipo de las Google Glass«.
Con tus Google Glass podrás pasear por tu ciudad, viajar en el transporte público, recoger fotos instantáneas, vídeos e infinitud de cosas mas. Nos han llegado informaciones de fervientes usuarios de que algunas aplicaciones producen cierres y fallos, los Hangouts no se ven o no llegan, correos electrónicos que fallan en su apertura, etc… que a buen seguro se irán subsanando según los desarrolladores vayan evolucionando sus aplicaciones.
Lo que si podemos tener claro, es que, aún a pesar de los fallos, subsanables todos ellos a buen seguro, es que nuestras Google Glass impactarán y harán que nos dotemos de una buena dosis de paciencia y que vivamos el futuro en primera persona.
Fuente: Android Central.