
Recientemente hemos sabido que Google trabaja en la disminución del tamaño de su dispositivo y la posibilidad de añadir el gadget a monturas de sol. Además se espera un precio de venta al público rondando los 300 dólares, lejos del precio inicial para desarrolladores ($1500).
Entre las cosas en las que los técnicos de Google están trabajando, sin entrar aún en los ya mencionados «errores fatales», figuran los problemas de conexión a redes Wi-Fi sin contraseña. Cuando la red tiene contraseña, el dispositivo nos presenta un código QR para seleccionar y conectarnos a la red. Sin embargo, si la red es abierta pero requiere una admisión de términos y condiciones para conectarnos, como la de las cafeterías de la red Starbucks, aún nos es imposible conectarnos con nuestras Glass.
Dicho esto, entramos de lleno en los 4 «errores fatales» para Mike Elgan:
1) El marco del dispositivo, que es de titanio, soporta la batería en la parte derecha, zona a la que se une por una pieza que es de plástico débil, sin fortaleza suficiente para soportar las torsiones propias de un dispositivo como este.
Según Mike Elgan, la solución pasaría por extender la parte de titanio hasta la propia batería para darle rigidez a la unión entre componentes. También sería conveniente que Google se plantease el que el estuche de las Glass fuese reforzado para que facilitase una protección real contra golpes y roturas.
2) Como en todos los dispositivos tecnológicos modernos, la batería se convierte en uno de nuestros problemas clave. Como consejo, el autor refiere a Google que sería bueno añadir otra batería igual en tamaño y forma en la patilla izquierda, buscando durabilidad de la misma y equilibrio de peso en el gadget.

3) Respecto a la publicidad y las interrupciones de nuestra experiencia con las Glass, se nos avisa de los mensajes entrantes, haciendo un «ding» a través de la conducción ósea para, a continuación, verter la notificación directamente delante de nuestro ojo derecho en la pantalla.
Según Elgan, esto degrada la experiencia en grado sumo, sugiriendo que debe haber una opción dentro del algoritmo «mágico» de Google que nos permita como usuarios deshabilitar completamente este tipo de mensajes no relevantes, en otras lenguas, etc…
4) Por último, señala la vergüenza o situaciones tensas que podría provocar un enfrentamiento entre usuarios de Google Glass y el resto de personas no usuarias del dispositivo. La falta de costumbre, familiaridad o conocimiento puede hacer que las personas no usuarias no entiendan el sentido o la intención del usuario y lo vean como un ataque a su intimidad y privacidad. Por tanto parece que la solución pasa por explicar, con claridad meridiana, al público en general la utilidad del aparato, para lo que se proponen varias soluciones:
– Que el lema, la publicidad y los esloganes se refieran a las Glass como una extensión del propio smartphone para que no se perciba como un dispositivo invasivo de la intimidad
– El próximo smartwatch (relojes inteligentes) de Google, debería tener la misma interfaz, cámara, aplicaciones, etc…, que las Glass para familiarizar al público con dichos gadgets y que se vean con cierta normalidad.
– Como último consejo, Elgan, muy sabiamente, nos recomienda dejar pasar el tiempo, dejando que el público en general se acostumbre al futuro, representado en este caso por nuestras Google Glass y se despide, no sin antes recordarnos lo «very cool» ( muy bueno, muy guay) que es este dispositivo.
Parece que las Glass no dejan indiferente a nadie, y como vemos tenemos desde personas que temen su perdida de privacidad, hasta personas que buscan evolucionarlas lo mas rápido posible para que el futuro tecnológico sea hoy.
Fuente: Cultofandroid